Un montaje personalizado de PC para juegos permite a los entusiastas crear un sistema altamente personalizado adaptado a sus necesidades específicas de juego, presupuesto y preferencias estéticas. El proceso comienza definiendo metas: ¿Está optimizado para juegos en 1080p con alta frecuencia de actualización, en 4K con configuraciones ultra, o será un equilibrio entre juegos y creación de contenido? La selección del procesador implica priorizar el rendimiento de un solo núcleo para juegos (por ejemplo, Intel Core i5-13600K o AMD Ryzen 5 7600X) o potencia multi-núcleo para transmisión/renderizado. La elección de la tarjeta gráfica depende de la resolución y las configuraciones: NVIDIA RTX 4060 para 1080p, RTX 4070 para 1440p y RTX 4080/4090 para 4K. La memoria debe ser al menos 16 GB DDR4-3600 o DDR5-6000, recomendándose 32 GB para multitarea intensiva. El almacenamiento combina una SSD NVMe rápida (500 GB–2 TB) para el sistema operativo y los juegos junto con un HDD (2 TB+) para almacenamiento masivo. La placa base debe soportar el socket del procesador, ofrecer suficientes canales PCIe (especialmente PCIe 5.0 para tarjetas gráficas y almacenamiento más recientes), e incluir características deseadas como Wi-Fi 6E y USB 3.2 Gen 2x2. La selección de la caja considera su tamaño, flujo de aire y estética; modelos tipo torre media como el NZXT H7 Flow o el Corsair 4000D ofrecen un buen equilibrio, mientras que las cajas mini-ITX son adecuadas para construcciones compactas pero limitan las opciones de componentes. La fuente de alimentación debe tener suficiente vatiaje (650 W–1000 W) y certificación 80 Plus para eficiencia. El enfriamiento depende del overclocking de CPU/GPU: enfriamiento por aire para la mayoría de las construcciones, bloques líquidos todo-en-uno (AIOs) para CPUs sobrealimentadas y circuitos personalizados para configuraciones extremas. Armar la computadora requiere una instalación cuidadosa, asegurando una correcta fijación del disipador de CPU, manejo de cables y configuración del BIOS. Los pasos posteriores a la construcción incluyen instalar el sistema operativo, actualizar los controladores y realizar pruebas de estrés para garantizar estabilidad. Un montaje personalizado de PC gaming ofrece flexibilidad para elegir cada componente, asegurando un rendimiento óptimo adaptado a las necesidades del usuario, además de la satisfacción de crear un sistema único que destaca tanto en rendimiento como en apariencia.