Las placas base Micro ATX ofrecen un equilibrio entre diseño compacto y capacidad de expansión funcional, lo que las hace ideales para entornos con limitaciones de espacio, como PCs de factor de forma pequeño (SFF), sistemas de cine en casa y configuraciones de oficina. Con unas dimensiones de 244 mm x 244 mm, suelen incluir un número reducido de ranuras PCIe y de RAM en comparación con placas ATX completas, pero conservan conectividad esencial como múltiples puertos SATA, ranuras M.2 para almacenamiento rápido, y audio y red integrados. Entre sus ventajas principales destacan la compatibilidad con cajas y fuentes de alimentación ATX estándar, lo que permite opciones de montaje versátiles, así como el soporte para CPUs y chipsets convencionales, como el B660 de Intel o el B550 de AMD, que ofrecen un rendimiento adecuado para juegos, productividad y tareas multimedia. Desde un punto de vista técnico, estas placas base suelen incorporar sistemas eficientes de suministro de energía y soluciones de refrigeración para mantener la estabilidad en espacios más reducidos, aunque pueden sacrificar algunas funciones de overclocking. Nuestra empresa utiliza una amplia I+D para diseñar placas Micro ATX que maximicen la utilidad sin comprometer la calidad, aprovechando conocimientos derivados de tendencias del mercado global para garantizar que satisfagan las diversas necesidades de los usuarios. A través de alianzas con marcas líderes y una cadena de suministro robusta, ofrecemos precios competitivos y disponibilidad confiable en todo el mundo, respaldados por una red logística que asegura entregas puntuales. Nuestro equipo de servicio postventa ayuda con la instalación y resolución de problemas, atendiendo a clientes de diversos orígenes culturales y mejorando la experiencia general del usuario mediante soluciones prácticas e innovadoras para los desafíos informáticos modernos.