Una placa base con gráficos integrados incorpora una GPU directamente en el chipset o CPU, eliminando la necesidad de una tarjeta gráfica independiente y ofreciendo una solución optimizada y rentable para sistemas donde el rendimiento gráfico avanzado no es prioritario. Este diseño resulta particularmente ventajoso en entornos de oficina, salas de cine en casa y tareas básicas de computación, ya que reduce el consumo de energía, minimiza la generación de calor y disminuye el costo total del sistema. Ejemplos modernos incluyen placas base con las APU de AMD (Unidades de Procesamiento Aceleradas) o procesadores de Intel con gráficos UHD, que admiten salida 4K, reproducción de video y juegos ligeros mediante tecnologías como HDMI 2.0 y DisplayPort. Las características clave suelen incluir múltiples salidas de pantalla, aceleración por hardware para la decodificación de video y compatibilidad con estándares de memoria convencionales. Desde un punto de vista técnico, estas placas base utilizan memoria del sistema compartida para los gráficos, lo que exige una configuración equilibrada de RAM para evitar cuellos de botella. Nuestra empresa emplea amplios conocimientos en I+D para seleccionar chipsets que optimicen el rendimiento de los gráficos integrados, como las series Ryzen de AMD con núcleos Vega o las últimas versiones de Intel con gráficos Xe. Garantizamos que estos productos pasen pruebas exhaustivas de estabilidad y compatibilidad, respaldadas por nuestra cadena de suministro global que asegura disponibilidad oportuna. Ofreciendo precios competitivos y soporte especializado, atendemos diversas necesidades de usuarios, incluyendo instituciones educativas y mercados emergentes, donde la simplicidad y la asequibilidad son fundamentales. Este enfoque se alinea con nuestro compromiso de ofrecer soluciones innovadoras y fáciles de usar que mejoren la accesibilidad y fomenten la adopción transversal de la tecnología.